El aceite de jojoba, conocido como el oro del desierto, se extrae de las semillas de la planta Simmondsia chinensis, un arbusto que puede llegar a medir entre 2 y 4 metros.. No te pierdas la galería de fotos de la finca riojana donde se realiza la cosecha y el prensado de las semillas para obtener la cera líquida (éster), llamada aceite de jojoba.
Se trata de un cera líquida, no tóxica y biodegradable que se asemeja a la cera protectora que produce la epidermis humana: el sebum, por lo cual no engrasa, se absorbe fácilmente y deja la piel sedosa.
El aceite de Jojoba penetra rápidamente en la piel, controla grasitud y es eficaz contra bacterias que provocan acne. Para los cabellos, evita la caída y tiene efecto acondicionador. Es indicado para todo tipo de piel. Recomendado para pieles sensibles, inflamadas y casos de alopecia. Altamente varlorado en el mundo de la cosmética natural por sus innumerables beneficios. Restaura el equilibrio de la piel y cabello por su elevado contenido de ceramidas que contribuye a controlar la producción de sebo y humedad, devolviendo la flexibilidad, suavidad y brillo a la piel y al cabello.
No se pone rancio con el tiempo. En Aromaterapia es utilizado como aceite vehicular y en perfumería como fijador de aromas.
 
Ayuda a combatir el acné y la piel grasosa por sus propiedades reguladoras del sebum y antibacterianas.
No obstruye los poros ni deja residuo graso en la piel.
Potente antiarrugas, rico en vitamina E que actúa como antioxidante.
Rico en vitaminas y antioxidantes que disminuyen los efectos de los rayos UV, aportan elasticidad y nutrición.
El ácido linoleico de la jojoba ayuda en la regeneración del cabello y cuero cabelludo, actúa contra la grasa y la sequedad cutánea. 
Puede ser utilizado para el cuerpo, la cara, cabello, cuero cabelludo, pies y uñas.